En esta página encontrarás las principales características de los anfibios y su clasificación detallada, con información clara y completa para comprender mejor a este grupo de animales vertebrados. Los anfibios destacan por ser especies de vida dual, capaces de adaptarse tanto al medio acuático como al terrestre en diferentes fases de su desarrollo.
Aquí hemos reunido los datos más importantes sobre su morfología, hábitat, reproducción y diversidad, de manera que tengas una visión general y organizada. De este modo, podrás conocer no solo su taxonomía, sino también sus particularidades más relevantes dentro del reino animal.
Anfibios | Características y clasificación
Definición de anfibios
La palabra anfibio proviene del latín amphibĭus y, a su vez, del griego amphíbios, que significa “doble vida”. Este término hace referencia directa a la capacidad de estos animales para desenvolverse tanto en el medio terrestre como en el acuático.
Gracias a esta característica única, los anfibios representan un grupo fundamental en la evolución de los vertebrados, ya que fueron los primeros en colonizar la tierra firme sin abandonar por completo el agua.
Características de los anfibios
En la actualidad se estima que existen alrededor de 4.300 especies de anfibios distribuidas por todo el planeta, adaptadas a distintos ecosistemas.
Son animales cordados y tetrápodos que pertenecen al reino Animalia. Su piel es fina, húmeda, lisa o rugosa, y carece de pelos, plumas o escamas, lo que la convierte en un órgano vital para la respiración cutánea. En muchos casos, está provista de glándulas que secretan sustancias tóxicas para defenderse de depredadores.
El color de la piel suele ser críptico, es decir, camuflado para evitar depredadores. No obstante, algunas especies presentan tonalidades brillantes que cumplen una función de advertencia, especialmente en aquellas que son venenosas.
Ejemplos comunes de anfibios son la rana, el sapo y la salamandra, cada uno representando la gran diversidad de este grupo animal.
Morfología de los anfibios
La morfología de los anfibios se caracteriza por la cabeza unida directamente al tronco, sin cuello definido. Poseen boca con dientes finos y lengua musculosa, orificios nasales conectados a la cavidad bucal para la respiración pulmonar, ojos saltones con párpados móviles y tímpanos externos que facilitan la audición.
Aunque la piel es similar en la mayoría de órdenes, existen diferencias: los gimnofiones conservan escamas dérmicas primitivas, mientras que salamandras y cecilias presentan cola durante toda su vida, a diferencia de ranas y sapos. Además, en el caso de los urodelos jóvenes, la respiración se realiza principalmente por pulmones y no por branquias.
En cuanto a la locomoción, la mayoría cuentan con cuatro extremidades, excepto las cecilias, que carecen de ellas. Los anuros (ranas y sapos) poseen patas traseras largas y potentes, adaptadas para saltar y nadar, mientras que en los urodelos las patas son más cortas, ideales para caminar.
Aparato circulatorio
El aparato circulatorio de los anfibios es doble y tiene dos circuitos: el que lleva la sangre a los órganos respiratorios para conseguir oxígeno, y el que lleva la sangre ya oxigenada a los diferentes órganos.
EL corazón de estos animales es estas formado por tres cavidades, un ventrículo y dos aurículas. La sangre venosa y arterial solo se junta en el estado de hibernación, por lo demás la sangre venosa va dirigida por la aurícula derecha y la sangre arterial fluye por la aurícula izquierda.
Sistema digestivo
El aparato digestivo de los anfibios es completo, está formado por una boca desprovista de dientes y paladar. Su aparato digestivo posee salivales gástricas, tubos intestinales, hígado, páncreas, faringe, esófago, cloaca y ano.
La boca comunica con el esófago, siendo un tubo corto, ancho y musculado que dirige el bolo alimenticio hacia el estómago mediante contracciones musculares. Después llega al estómago que puede tener formas muy variadas dependiendo de las especie y que puede contener píloro y cardias para controlar el acceso y salida del alimento. Este órgano comunica con el intestino delgado, siendo un tubo alargado y muy enrollado en los anuros y donde se produce la absorción de nutrientes mediante la segregación de enzimas digestivas.
A continuación el bolo alimenticio llega al intestino grueso es donde ser termina de reabsorber los últimos nutrientes y desemboca en la cloaca y el ano que es por donde se expulsaran los alimentos sin nutrientes al exterior.
Sistema nervioso
El sistema nervioso central de los anfibios está compuesto por el encéfalo y la médula espinal. El encéfalo se divide en tres partes principales: anterior, intermedio y posterior. Dentro del cerebro, destaca el téctum del mesencéfalo, encargado de coordinar la vista. Gracias a este desarrollo óptico, los anfibios poseen una visión más precisa que muchos de sus depredadores, pudiendo distinguir tonalidades rojizas, azuladas y verdosas.
Además, cuentan con una línea lateral formada por receptores sensoriales que recorren el cuerpo desde la cabeza hasta la cola. Este sistema les permite detectar corrientes de agua y movimientos en su entorno, lo que resulta esencial para la caza y la supervivencia. El olfato también está altamente desarrollado, mientras que el oído se localiza en una cavidad timpánica formada por el laberinto, el tímpano y tres canales semicirculares que facilitan el equilibrio y la audición.
Por último, los anfibios poseen papilas gustativas en la lengua, lo que les permite diferenciar sabores y seleccionar mejor sus presas.
Aparato respiratorio
El aparato respiratorio de los anfibios depende de la fase de desarrollo en que se encuentre. Cuando son renacuajos respiran a través de branquias debajo del agua y en la fase adulta aparecen los pulmones practicando la respiración cutánea.
La respiración cutánea se puede originar ya que gracias que siempre tiene la piel húmeda pueden intercambiar el oxígeno con los capilares que se encuentren mas cerca de el exterior.
La respiración pulmonar se realiza mediante los sacos pulmonares, estos sacos depende su morfología de las diferentes especies, pero normalmente tienen forma alagada y están formados por pequeños alvéolos. Dentro de estos sacos se produce el intercambio de gases entrado el aire con oxigeno por un conducto que comunica con el exterior y atravesando la traquea hasta llegar a los dos pulmones.
Clasificación de los anfibios y ejemplos
En este apartado vamos a ver la clasificación de los distintos grupos de anfibios, junto con ejemplos representativos de cada uno para que sea más fácil identificarlos. Además, descubriremos qué características los diferencian y cómo se adaptan a su entorno.
De esta forma, no solo conocerás la teoría, sino que también podrás identificar en la práctica a ranas, salamandras o cecilias. (Pincha en la foto para más información).

Lissamphibia
Los lisanfibios engloban a todos los anfibios actuales: anuros (ranas y sapos), urodelos (salamandras y tritones) y gimnofiones (cecilias). Se caracterizan por su piel húmeda y permeable, la reproducción ligada al agua y un ciclo de vida con metamorfosis. Representan la única rama viva de los antiguos anfibios. Los Lissamphibia muestran gran diversidad ecológica. Además, poseen adaptaciones sensoriales avanzadas.

Temnospondyli
Los temnospóndilos son un grupo que corresponde a una subclase de anfibios extintos muy diversa que vivió entre el Paleozoico y el Mesozoico. Incluía especies de gran tamaño, algunas parecidas a cocodrilos. Muchos paleontólogos creen que de este grupo derivaron los anfibios modernos.
Créditos de imagen: Dmitry Bogdanov, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons.

Lepospondyli
Los lepospóndilos fueron pequeños anfibios fósiles que aparecieron en el Carbonífero y el Pérmico. Se caracterizaban por su columna vertebral simple y variaban en forma, desde especies alargadas similares a gusanos hasta otras con aspecto de pequeños tritones. Su clasificación aún es discutida.
Créditos de imagen: Nobu Tamura , CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons.
Taxonomía de los anfibios
En esta sección de la web vamos a sumergirnos en la taxonomía inferior de los anfibios, descubriendo cómo se organizan en distintos taxones. La idea es entender mejor la enorme diversidad de este grupo, desde los anfibios extintos que habitaron hace millones de años hasta los que todavía podemos encontrar en la actualidad.
- Dominio: Eukaryota
- Reino: Animalia
- Subreino: Eumetazoa
- Superfilo: Deuterostomia
- Filo: Chordata
- Subfilo: Vertebrata
- Infrafilo: Gnathostomata
- Superclase: Tetrapoda
- Clase: Amphibia
- Superclase: Tetrapoda
- Infrafilo: Gnathostomata
- Subfilo: Vertebrata
- Filo: Chordata
- Superfilo: Deuterostomia
- Subreino: Eumetazoa
- Reino: Animalia
Alimentación de los anfibios
La alimentación de los anfibios adultos es principalmente carnívora, basada en una gran variedad de pequeños animales. Se alimentan sobre todo de insectos, arácnidos como arañas y ácaros, así como de gusanos, babosas y otros invertebrados que encuentran en su hábitat. Algunos anfibios más grandes, como ciertas ranas, incluso pueden capturar pequeños peces o renacuajos de otras especies. La captura de alimento se realiza gracias a su lengua pegajosa y rápida, que les permite atrapar a sus presas con precisión.
En la fase larvaria, los anfibios suelen ser herbívoros, alimentándose principalmente de algas y materia vegetal microscópica presente en el agua. Sin embargo, en algunas especies, los renacuajos muestran comportamientos omnívoros, consumiendo pequeños invertebrados o restos orgánicos en descomposición, lo que les aporta proteínas esenciales para su crecimiento. La transición de la alimentación larvaria a la adulta coincide con importantes cambios morfológicos, incluyendo el desarrollo de extremidades y la reestructuración del aparato digestivo, adaptándose a una dieta más depredadora.
En definitiva, la dieta de los anfibios varía según la especie, el tamaño y el hábitat, pero siempre cumple un papel clave en su supervivencia, contribuyendo también al equilibrio ecológico al controlar poblaciones de insectos y otros invertebrados.
Reproducción de los anfibios
La reproducción de los anfibios está estrechamente ligada al agua, ya que la mayoría de las especies necesitan ambientes acuáticos para completar su ciclo reproductivo. Principalmente, la fecundación es externa, aunque algunos grupos han desarrollado la fecundación interna, adaptándose a medios más secos o complejos.
Los huevos de anfibio son gelatinosos y carecen de cáscara dura, lo que les permite protegerse de impactos y de la radiación solar, además de facilitar el intercambio de oxígeno con el agua. Durante la cópula, el macho deposita el líquido seminal alrededor de los óvulos de la hembra dentro de una vaina gelatinosa, asegurando la fertilización. Este proceso ocurre generalmente en agua dulce, que mantiene los huevos hidratados y seguros.
El número de estrategias reproductivas en los anfibios es sorprendente: se han identificado más de 39 tipos de reproducción, superados únicamente por los peces. Tras la fertilización, dependiendo de la especie, los huevos pueden permanecer en charcas, ríos lentos o estructuras creadas por los propios padres. Aunque en muchos casos el macho y la hembra se separan después de la puesta, algunas especies muestran cuidado parental, protegiendo los huevos hasta su eclosión.
Ciclo de vida de los anfibios
El ciclo de vida de los anfibios incluye un proceso llamado metamorfosis, similar al de algunos artrópodos, y se desarrolla en dos fases principales:
Renacuajo: Esta fase ocurre justo después de la eclosión. En este estado, el animal solo posee cabeza y cola. Con el tiempo, desarrolla las patas, primero las traseras y luego las delanteras. En los anuros, la cola desaparece progresivamente conforme se acerca a la fase adulta. Durante esta etapa, la alimentación suele ser herbívora, principalmente algas, aunque algunas especies pueden ser omnívoras.
Fase adulta: En esta etapa, el renacuajo se ha transformado completamente en un adulto. Presenta las cuatro patas desarrolladas y, en el caso de los anuros, ya no posee cola. La alimentación se vuelve principalmente carnívora, basándose en insectos, arácnidos, gusanos y otros pequeños invertebrados. Los adultos también se desplazan entre ambientes acuáticos y terrestres, aprovechando su piel permeable para la respiración cutánea y pulmonar.
Hábitat de los anfibios
El hábitat de los anfibios se centra principalmente en zonas húmedas de agua dulce, desde climas templados hasta regiones tropicales, donde su piel puede mantenerse húmeda para la respiración cutánea. La mayor diversidad de especies se encuentra en bosques tropicales, mientras que en áreas áridas la variedad de anfibios disminuye considerablemente. Cabe destacar que no habitan en zonas marinas, ya que requieren agua dulce para su reproducción y desarrollo.
Brasil es el país con mayor número de anfibios, con aproximadamente 830 especies, seguido de Colombia y Ecuador, que también destacan por su riqueza de anfibios. Entre ellos, los menos conocidos son los ápodos o cecilias, unas 200 especies que viven bajo tierra en suelos blandos, entre hojas en descomposición o sumergidos en agua, mostrando la gran adaptabilidad de estos animales a distintos ecosistemas.
Origen de los anfibios
Los anfibios fueron los primeros vertebrados en adaptarse a una vida semiterrestre, marcando un paso crucial en la evolución hacia los ecosistemas terrestres. Se estima que surgieron hace aproximadamente 360 millones de años, partiendo de especies totalmente acuáticas.
Su origen está vinculado a un ancestro común dentro de los gnatóstomos, un grupo de peces de aleta lobulada o carnosa con mandíbula articulada, pertenecientes a la clase Sarcopterygii o sarcopterigios. Estos peces fueron los precursores de los anfibios, mostrando adaptaciones que permitieron el desarrollo de extremidades fuertes y pulmones, esenciales para la transición del agua a la tierra.
El estudio fósil indica que los primeros anfibios tenían características intermedias entre los peces y los vertebrados terrestres actuales, incluyendo branquias, pulmones primitivos y extremidades con dedos, lo que les permitió colonizar distintos hábitats semiacuáticos y consolidarse como los primeros tetrápodos.
Muy Buenas, muchísimas gracias por dejar información adicional por aquí