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En esta página exponemos las principales características y clasificación de los equinodermos recopiladas, intentando englobar la máxima información de los mismos. Además de ver la alimentación, el hábitat o la reproducción del filo Echinodermata

Equinodermos | Características y clasificación

Definición y etimología de equinodermo

La palabra equinodermo proviene del griego ekhino (ἐχῖνος), que significa “púa” o “erizo”, y derma (δέρμα), que significa “piel”. Su nombre hace referencia directa a la característica más visible de estos animales: una piel recubierta de espinas o estructuras calcáreas.

En otras palabras, los equinodermos son literalmente “animales con la piel espinosa”, un rasgo que les sirve tanto de protección como de soporte y que los diferencia fácilmente de otros invertebrados marinos.

Características de los equinodermos

Los equinodermos son un filo de invertebrados marinos dentro del reino animal que incluye especies muy conocidas como los erizos de mar, estrellas de mar, lirios de mar, pepinos de mar y ofiuras. Actualmente se han identificado alrededor de 7.000 especies, adaptadas a distintos ecosistemas marinos.

Una de sus características más llamativas es la simetría pentarradial, es decir, su cuerpo puede dividirse en cinco partes iguales. Además, presentan un exoesqueleto calcáreo formado por pequeños elementos llamados osículos, que al unirse crean una capa rígida y protectora. En muchas especies, esta capa se complementa con espinas móviles o fijas, que funcionan como defensa y ayuda para el movimiento.

Su locomoción se basa en los pies ambulacrales o podos, estructuras flexibles que varían según la especie. Estos pies, junto con las espinas móviles, les permiten moverse lentamente, adherirse al sustrato e incluso manipular alimento.

Otro rasgo exclusivo de los equinodermos es el sistema vascular acuático o sistema ambulacral, único en todo el reino animal. Este complejo sistema de canales transporta fluidos y se encarga de procesos vitales como la respiración, la alimentación, la percepción sensorial y la locomoción. Todo está regulado a través del madreporito, una abertura que conecta con los canales principales y distribuye el agua hacia las cinco extremidades y la boca.

Sistema circulatorio

El sistema circulatorio de los equinodermos es abierto y carece de un corazón propiamente dicho. En la mayoría de especies, los vasos sanguíneos se conectan con lagunas o senos internos, lo que permite el movimiento de los fluidos corporales, aunque la circulación puede variar ligeramente según el grupo.

Además, sus órganos excretores están poco desarrollados, por lo que los desechos metabólicos se eliminan de forma simple. Muchas de estas sustancias se expulsan a través de los podios (pies ambulacrales) o del madreporito, la abertura que regula el paso de agua hacia el sistema ambulacral.

Aparato digestivo

El aparato digestivo de los equinodermos es completo y está formado por boca, esófago, estómago, intestino y ano. Esta organización les permite realizar todo el proceso de ingestión, digestión y expulsión de desechos.

La boca, situada en la parte inferior del cuerpo, suele estar equipada con cinco piezas dentales que ayudan a triturar el alimento antes de que pase al esófago, un tubo musculoso que conecta con el estómago. Este estómago está dividido en dos sacos, donde los jugos gástricos descomponen la comida. A continuación, los nutrientes se absorben en el intestino, gracias a enzimas digestivas, y finalmente los residuos son eliminados a través del ano.

En algunas especies, como las estrellas de mar, el estómago puede incluso evaginase hacia fuera para envolver y digerir presas más grandes, lo que les da una estrategia alimentaria muy singular dentro del reino animal.

Sistema nervioso

El sistema nervioso de los equinodermos es simple y descentralizado, ya que carecen de cerebro. En su lugar, presentan una red nerviosa formada por neuronas interconectadas que controlan las funciones básicas del organismo.

En la zona central del cuerpo, alrededor de la boca, se encuentra el anillo nervioso perisofágico, del cual parten cordones nerviosos hacia cada brazo o región corporal. Algunas especies cuentan además con ganglios, células sensoriales en el epitelio y receptores mecánicos, que les permiten reaccionar a estímulos externos. En el caso de las estrellas de mar, incluso poseen ojos simples en la punta de cada brazo, capaces de detectar luz y movimiento.

Aparato respiratorio

La respiración en los equinodermos es principalmente cutánea, ya que el intercambio gaseoso se realiza a través de la piel fina y permeable. Además, cuentan con pequeñas branquias dérmicas ciliadas, situadas bajo la epidermis, que ayudan a captar oxígeno del agua.

Los pies ambulacrales también participan en este proceso, permitiendo que el oxígeno entre y los desechos metabólicos salgan con el movimiento del agua. La superficie interna del sistema ambulacral está recubierta de cilios, lo que facilita el transporte de oxígeno, nutrientes y desechos a través de la epidermis.

Clasificación de los equinodermos

Los equinodermos se dividen en varias clases que agrupan a las especies más representativas de este filo marino. Cada grupo presenta características únicas, aunque todos comparten la simetría pentarradial y el sistema ambulacral.

A continuación te mostramos la clasificación de los equinodermos con ejemplos concretos de cada clase. Puedes hacer clic en cada imagen para descubrir más información y conocer mejor a estos fascinantes animales marinos.

holoturoidea, pepino de mar
ofiuroideos (Ophiuroidea )
crinoideos

a continuación exponemos la taxonomía superior del filo de los equinodermos para entender mejor su clasificación:

  • Dominio: Eukaryota
    • Reino: Animalia
      • Subreino: Eumetazoa
        • (sin rango): Bilateria y Xenambulacraria
          • Superfilo: Deuterostomia y Ambulacraria
            • Filo: Echinodermata

Reproducción de los equinodermos

La reproducción de los equinodermos puede ser tanto sexual como asexual, dependiendo de la especie y del entorno. Esta diversidad reproductiva es una de las claves de su éxito evolutivo en los mares.

En el caso de la reproducción sexual, los equinodermos presentan sexos separados: macho y hembra. Cada uno libera sus gametos en el agua y la fecundación suele ser externa, aunque en algunas especies puede ser interna. Tras la unión de los gametos, comienza un proceso de desarrollo indirecto, en el que los embriones pasan por distintas fases larvarias antes de convertirse en adultos. Estas larvas son de vida libre y forman parte del plancton marino.

Por otro lado, la reproducción asexual ocurre mediante fragmentación. Algunos equinodermos pueden regenerar un organismo completo a partir de una parte del cuerpo, siempre que incluya parte del disco central y alguna extremidad. Este mecanismo les permite recuperarse de daños y mantener sus poblaciones estables incluso en condiciones difíciles.

En resumen, los equinodermos combinan estrategias reproductivas muy efectivas: la reproducción sexual, que favorece la diversidad genética, y la reproducción asexual, que garantiza la supervivencia y regeneración en distintos hábitats marinos.

Hábitat de los equinodermos

El hábitat de los equinodermos es exclusivamente acuático, ya que son animales marinos. No existen especies de equinodermos en agua dulce, lo que los hace un grupo totalmente adaptado al medio marino.

Estos animales están presentes en océanos y mares de todo el planeta, desde las zonas costeras poco profundas hasta las profundidades abisales. La mayoría son bentónicos, es decir, viven en el fondo marino. Allí se distribuyen enterrados en la arena, adheridos a rocas o escondidos entre grietas y corales.

En algunos ecosistemas, los equinodermos llegan a representar más del 90% de la diversidad de especies, desempeñando un papel fundamental en el equilibrio ecológico. Además, su presencia indica la calidad del hábitat marino, ya que muchas especies son sensibles a la contaminación y a los cambios ambientales.

Alimentación de los equinodermos

La alimentación de los equinodermos es muy diversa y depende de cada grupo. Estos animales marinos pueden ser carnívoros, herbívoros o suspensívoros, desempeñando un papel clave en el equilibrio de los ecosistemas oceánicos.

Los equinodermos carnívoros, como muchas estrellas de mar, son depredadores que se alimentan de otros animales, especialmente moluscos como mejillones y almejas. Algunas especies incluso son capaces de evertir el estómago hacia afuera para digerir la presa externamente.

Los equinodermos herbívoros, como los erizos de mar, se alimentan principalmente de algas que raspan de las rocas con su aparato masticador conocido como “linterna de Aristóteles”. De esta forma ayudan a controlar el crecimiento de algas en los ecosistemas marinos.

Por último, los equinodermos suspensívoros, como los pepinos de mar y los lirios de mar, filtran partículas orgánicas en suspensión. Utilizan tentáculos especializados alrededor de la boca para atrapar el alimento, actuando como “limpiadores” del fondo marino.

Gracias a estas distintas estrategias, los equinodermos ocupan nichos ecológicos muy variados y contribuyen a mantener la biodiversidad y la salud de los océanos.

Origen y evolución de los equinodermos

El origen de los equinodermos se remonta a hace unos 540 millones de años, durante el período Cámbrico. Los primeros representantes de este filo eran muy distintos a los actuales: presentaban simetría bilateral y tres celomas bien diferenciados en tres regiones del cuerpo.

Con el tiempo, sus descendientes desarrollaron la característica simetría pentarradial, típica de los equinodermos modernos. Este cambio evolutivo se considera una adaptación al medio marino, que les permitió una mayor eficiencia en la locomoción y en la captura de alimento.

Según las hipótesis más aceptadas, las primeras especies de equinodermos eran animales sésiles, fijados al sustrato marino, probablemente parecidos a los actuales crinoideos. A partir de estos antecesores surgieron formas de vida con mayor movilidad, lo que abrió la puerta a la gran diversidad de grupos que conocemos hoy: estrellas de mar, erizos, pepinos de mar, ofiuras y lirios de mar.

La evolución de los equinodermos muestra cómo pasaron de organismos primitivos y fijos a especies móviles con estructuras complejas, convirtiéndose en uno de los filos más exitosos del océano.

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