moslusos, Mollusca
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En esta página exploramos todo lo relacionado con los moluscos, uno de los filos más diversos del reino animal. Hablaremos sobre su clasificación, principales características, ejemplos de cada grupo y la morfología que los hace únicos, como el manto, la rádula y el pie.

También abordaremos su alimentación, reproducción, hábitat y origen, mostrando cómo se adaptan a distintos ecosistemas y su evolución a lo largo del tiempo. Una guía completa y accesible para conocer mejor a estos fascinantes invertebrados.

Moluscos | Características y clasificación

Definición de moluscos

La palabra molusco proviene de Mollusca, del latín molluscum, que significa literalmente blando. Hace referencia a su cuerpo suave y flexible, normalmente protegido por una concha.

Los moluscos forman uno de los filos animales más diversos del planeta, con especies tan conocidas como caracoles, mejillones, calamares u ostras.

Características de los moluscos

Los moluscos son animales invertebrados del reino animal y forman uno de los filos más diversos y abundantes del planeta. Incluyen especies tan distintas como babosas, caracoles, almejas, mejillones, pulpos y calamares, mostrando una increíble variedad de formas, tamaños y hábitos de vida.

Entre sus principales características destacan la simetría bilateral, ser celomados, triblásticos y protóstomos, lo que refleja su complejidad evolutiva y avanzada organización corporal. La mayoría de las especies están adaptadas al medio marino, representando aproximadamente el 23% de la fauna conocida, aunque también hay especies terrestres y de agua dulce.

La diversidad de los moluscos es asombrosa: desde minúsculos moluscos casi microscópicos hasta gigantescos, como el calamar gigante, el invertebrado más grande del mundo. Esta variedad se refleja tanto en su estructura corporal como en sus formas de alimentación, locomoción y reproducción, haciendo de los moluscos un grupo fascinante y esencial para los ecosistemas marinos y terrestres.

Morfología de los moluscos

La morfología de los moluscos está estrechamente ligada a su alimentación, locomoción y protección, y muestra una enorme diversidad según el grupo. Estos animales poseen un manto, una pared dorsal que cubre la masa visceral, que en muchas especies segrega carbonato de calcio para formar la concha protectora característica de caracoles, almejas y mejillones. Además de proteger, el manto interviene en la respiración y la excreción, adaptándose a distintas formas de vida.

Otra característica única es la rádula, un órgano similar a una lengua cubierta de diminutos dientes, utilizado para raspar, cortar o perforar los alimentos antes de enviarlos al esófago. En especies especializadas, como ciertos caracoles marinos, la rádula puede incluso atravesar conchas o inyectar veneno en sus presas, mostrando una adaptación evolutiva sorprendente para la obtención de alimento.

El pie, un órgano musculoso, cumple distintas funciones según el tipo de molusco. En los gasterópodos, como los caracoles, segrega moco que facilita el deslizamiento sobre superficies; en los bivalvos se adapta para excavar o fijarse al sustrato; y en los cefalópodos, como pulpos y calamares, funciona como un propulsor, trabajando junto a los brazos y tentáculos para moverse con rapidez y precisión.

Estas adaptaciones muestran cómo la estructura corporal de los moluscos ha evolucionado para aprovechar al máximo los recursos del medio marino y terrestre, contribuyendo a su éxito evolutivo y a la enorme variedad de formas y tamaños que encontramos en este filo.

Aparato Respiratorio

Los moluscos presentan respiración muy diversa según su hábitat. La mayoría de las especies acuáticas respira mediante branquias llamadas ctenidios, situadas en la cavidad del manto. Estas estructuras en forma de peine permiten el intercambio de gases con el agua, absorbiendo oxígeno y expulsando dióxido de carbono.

En los moluscos terrestres, como los caracoles, la cavidad del manto se transforma en un pulmón rudimentario altamente vascularizado, mientras que algunos cefalópodos usan sifones para circular agua sobre las branquias y propulsarse rápidamente. Estas adaptaciones les permiten vivir en ambientes muy variados, desde océanos hasta zonas terrestres húmedas.

Aparato circulatorio

El sistema circulatorio de los moluscos varía según el grupo. La mayoría de gasterópodos y bivalvos tiene un sistema abierto: la sangre sale de los vasos y baña directamente los órganos. Su corazón suele ser sencillo, con una aurícula y un ventrículo, suficiente para su metabolismo más lento.

En cambio, los cefalópodos, como los pulpos y calamares, cuentan con un sistema cerrado, más eficiente, que permite transportar oxígeno rápidamente a músculos activos. Poseen un corazón principal y dos corazones branquiales que impulsan la sangre hacia las branquias, adaptándose a su estilo de vida activo y depredador.

Sistema nervioso

El sistema nervioso de los moluscos varía mucho según el grupo. Los bivalvos tienen un sistema sencillo con ganglios distribuidos cerca de los órganos sensoriales y del pie, suficiente para movimientos lentos y reacciones básicas ante estímulos.

En cambio, los cefalópodos, como pulpos y calamares, poseen un sistema nervioso muy desarrollado, con cerebro grande, cordones nerviosos y ganglios especializados en brazos y tentáculos. Esto les permite coordinar movimientos complejos, aprender, resolver problemas y cazar activamente, siendo los invertebrados más inteligentes del planeta.

Aparato digestivo

El aparato digestivo de los moluscos es completo y se adapta al tipo de alimentación de cada especie. Comienza en la boca, equipada con la rádula en muchos casos, que corta o raspa el alimento, y continúa hacia el esófago, el estómago y los intestinos, donde los nutrientes se absorben.

En bivalvos, el alimento se filtra del agua mediante branquias modificadas, mientras que en cefalópodos el sistema digestivo es más complejo, con glándulas digestivas y un estómago musculoso que permite procesar presas activas. Estas adaptaciones hacen de los moluscos un filo extremadamente versátil en su dieta y hábitat.

Clasificación de moluscos y ejemplos

En esta sección exploraremos la clasificación de los moluscos, dividiéndolos en sus principales clases: gasterópodos, bivalvos y cefalópodos. Además, mostraremos ejemplos representativos de cada grupo para comprender mejor sus características, formas de vida y adaptaciones.

Haz clic en las imágenes para acceder a información más detallada de cada clase y descubrir la enorme diversidad de estos fascinantes invertebrados.

bivalvos
caudofoveados, caudofoveata
cefalópodos
escafópodos, scaphopoda
gasterópodos
monoplacóforos, monoplacophora

Taxonomía de los moluscos

En esta sección exploraremos la taxonomía superior de los moluscos, descubriendo cómo se clasifican dentro del reino animal y cuáles son sus principales grupos. Hablaremos de sus características generales, diferencias evolutivas y ejemplos representativos de cada categoría, mostrando la enorme diversidad de este fascinante grupo de animales invertebrados.

  • Reino: Animalia
    • Subreino: Eumetazoa
      • (sin rango): Bilateria y Protostomia
        • Superfilo: Spiralia y Lophotrochozoa
          • Filo: Mollusca

Reproducción de los moluscos

Los moluscos se reproducen de forma sexual y la mayoría son ovíparos, aunque los mecanismos varían según la especie. Cada grupo tiene sus propias estrategias reproductivas.

Por ejemplo, los gasterópodos suelen ser hermafroditas, mientras que los bivalvos son unisexuados, algunos incluso capaces de autofecundarse. En los moluscos unisexuados la fecundación es generalmente externa, mientras que en los hermafroditas ocurre de forma interna.

El desarrollo embrionario es indirecto, pasando por una fase larvaria antes de alcanzar la etapa adulta, lo que permite adaptarse mejor a distintos hábitats marinos.

Además, ciertos moluscos presentan comportamientos sorprendentes durante la reproducción: los pulpos, por ejemplo, cuidan de sus huevos hasta que eclosionan, aunque el adulto no sobrevive al proceso, mostrando un ciclo vital único y fascinante.

Hábitat de los moluscos

Los moluscos habitan principalmente en ambientes húmedos, donde sus cuerpos blandos y delicados pueden mantenerse protegidos.

Los bivalvos y cefalópodos se encuentran mayormente en el mar, desde aguas poco profundas hasta los 5.000 metros de profundidad. Los gasterópodos prefieren zonas terrestres como bosques, praderas o llanuras con alta humedad. Algunas especies de caracoles que viven en áreas más secas sellan sus conchas para conservar la humedad.

En general, todos los moluscos dependen de ambientes húmedos: los marinos para respirar correctamente y los terrestres para mantener su piel blanda. Gracias a esta adaptabilidad, los moluscos se distribuyen por todos los litorales del mundo, siendo uno de los grupos animales más comunes y exitosos en distintos ecosistemas.

Además, la increíble diversidad de los moluscos hace que cada especie tenga estrategias únicas para sobrevivir en su hábitat. Desde los coloridos pulpos que se camuflan entre los corales hasta los pequeños caracoles que excavan bajo hojas húmedas, todos muestran adaptaciones fascinantes que los han convertido en un grupo de animales exitoso y resistente a lo largo de millones de años.

Alimentación de los moluscos

La alimentación de los moluscos es extremadamente diversa y se adapta al hábitat y la anatomía de cada especie. Se pueden clasificar en varios tipos según su forma de obtener el alimento.

Entre ellos, los filtradores capturan microorganismos que flotan en el agua, como algas, protozoos y pequeñas partículas orgánicas. Son especialmente comunes en bivalvos como mejillones y almejas, que filtran constantemente grandes cantidades de agua para alimentarse.

Por otro lado, los ramoneadores se alimentan de microorganismos que se adhieren a superficies como rocas, conchas o plantas. Gasterópodos como los caracoles marinos utilizan su rádula para raspar y recolectar estos organismos, aprovechando recursos que otros animales no podrían consumir.

El resto de moluscos muestran comportamientos más especializados: algunos son herbívoros, consumiendo algas y vegetación acuática; otros son carnívoros, cazando pequeños crustáceos, peces o incluso otros moluscos; y hay especies carroñeras, que se alimentan de restos de animales muertos. Esta gran variedad de estrategias alimenticias contribuye a que los moluscos sean uno de los grupos más exitosos y adaptables del reino animal.

Origen de los moluscos

Se cree que el origen de los moluscos actuales descienden de un ancestro primitivo similar al propuesto por Salvini-Plawen, llamado Aculifera, caracterizado por pequeñas espículas calcáreas en el manto. De este molusco inicial surgieron dos grandes líneas evolutivas que dieron lugar a la diversidad de moluscos que conocemos hoy.

Por un lado, se mantienen los Aculifera, que conservan solo las espículas calcáreas en el manto, como ocurre en los caudofoveados. Por otro, los Conchifera desarrollaron conchas más definidas, siguiendo un patrón similar al molusco modelo descrito por Yong, dando origen a la mayoría de las especies de moluscos con concha que encontramos en la actualidad.

Si quieres saber más sobre el origen y la evolución de los moluscos, puede pasar a leer este increíble arículo de IRBIO.


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