En esta página de nuestra enciclopedia animal encontrarás toda la información sobre los cefalópodos, un grupo de moluscos marinos donde se incluyen los pulpos, calamares, sepias y nautilos.
Hablaremos sobre sus principales características, morfología, hábitat, alimentación, reproducción, origen y evolución, además de su clasificación y ejemplos. Los cefalópodos son animales sorprendentes, reconocidos por su inteligencia, su capacidad de camuflaje y su asombrosa habilidad para desplazarse y cazar en el medio marino.
Explora esta sección para conocer más sobre uno de los grupos más evolucionados y fascinantes del reino animal.
Cefalópodos | Características y clasificación
Definición de cefalópodos
En cuanto a la definición de la palabra cefalópodo, esta proviene del término griego kephalé (κεφαλή), que significa “cabeza”, y podós (ποδός), que significa “pies”.
Literalmente, el nombre hace referencia a un “animal con los pies en la cabeza”, una descripción perfecta, ya que sus tentáculos surgen directamente alrededor de la cabeza, una de las características más distintivas de este grupo de moluscos.
Características de los cefalópodos
Los cefalópodos son un grupo fascinante de moluscos marinos del reino animal, con unas 700 especies conocidas, entre las que destacan pulpos, sepias, calamares y nautilos. Su nombre refleja su rasgo más característico: tener los “pies en la cabeza”, es decir, tentáculos dispuestos alrededor de la boca.
Una de sus principales características es la evolución del pie musculoso típico de los moluscos, transformado en tentáculos dotados de gran fuerza y precisión. En la mayoría de especies —como pulpos y sepias— poseen ocho tentáculos con ventosas que les permiten atrapar presas, moverse o aferrarse a las rocas. Los nautilos, en cambio, pueden tener hasta 90 tentáculos, aunque sin ventosas.
Los cefalópodos se dividen también según su tipo de concha: externa en los nautilos, interna en muchas sepias y calamares, o ausente en la mayoría de los pulpos. Esta diversidad morfológica demuestra su gran capacidad evolutiva y adaptación a distintos entornos marinos.
Morfología de los Cefalópodos
El cuerpo de los cefalópodos es blando, musculoso y muy flexible, lo que les permite introducirse en grietas diminutas o cambiar de forma con facilidad. Su estructura se encuentra altamente especializada: la cabeza alberga un sistema nervioso complejo y unos ojos muy desarrollados, comparables en precisión y estructura a los de los vertebrados.
Poseen un saco de tinta cerca del recto que utilizan como mecanismo de defensa, liberándola para confundir o distraer a sus depredadores antes de huir. Además, muchas especies pueden cambiar de color o textura gracias a los cromatóforos de su piel, lo que les permite camuflarse o comunicarse.
En conjunto, los cefalópodos representan el máximo grado de evolución entre los invertebrados, combinando inteligencia, velocidad, camuflaje y habilidades motoras que los convierten en auténticos depredadores del océano.
Sistema circulatorio
El sistema circulatorio de los cefalópodos es cerrado, siendo los únicos moluscos con esa propiedad. En casi todas las especies presentan un corazón con tres cavidades, dos aurículas y un ventrículo. En el caso de los nautilos, estos tienen cuatro aurículas. El corazón de estos animales se sitúa en la cavidad pericárdica.
Tiene una aorta que se origina en el ventrículo y esta conectada con la cabeza . Está aorta denominada aorta anterior se ramifica tantas veces como tentáculos tenga la especie. También pose otra aorta, llamada aorta posterior la cual esta conectada con la masa visceral. Estos animales no tienen hemoglobina, tienen un liquido llamado hemocianina que contiene cobre y no hierro.
Aparato digestivo
El aparato digestivo de los cefalópodos está compuesto por una boca, rádula, esófago, estómago, ciego, hepatopáncreas, intestino y ano, formando un sistema muy eficiente adaptado a su dieta carnívora.
La digestión comienza en la boca, donde se encuentran glándulas salivares que facilitan el paso del alimento. Dentro de ella hay un bulbo bucal con mandíbulas en forma de pico —muy parecido al de los loros— y una rádula con diminutos dientes que trituran o raspan la carne de sus presas.
El esófago, un tubo musculoso y estrecho, conecta la boca con el estómago, donde se localizan el ciego y el hepatopáncreas. En esta zona se produce la digestión química, gracias a las enzimas que descomponen los nutrientes antes de ser absorbidos. Finalmente, los restos no digeridos pasan a un intestino corto, donde se extraen los últimos nutrientes, y son expulsados por el ano, cerrando así un proceso digestivo rápido y muy eficaz, ideal para un depredador marino.
Sistema nervioso
El sistema nervioso de los cefalópodos es el más desarrollado de todos los moluscos y uno de los más complejos entre los invertebrados. Está formado por dos ganglios ventrales, dos dorsales y dos laterales, los cuales se interconectan para coordinar los movimientos, la vista y las respuestas sensoriales del animal.
Estos ganglios se agrupan formando un encéfalo central, protegido por un tejido cartilaginoso que actúa de manera similar a un cráneo en los vertebrados. Gracias a esta estructura, los cefalópodos pueden procesar información con rapidez, mostrar comportamientos inteligentes e incluso aprender de la experiencia.
Este sistema nervioso avanzado es el responsable de sus impresionantes habilidades: camuflaje instantáneo, caza precisa y comunicación mediante cambios de color, lo que convierte a los cefalópodos en algunos de los animales más inteligentes del océano.
Aparato respiratorio
El aparato respiratorio de los cefalópodos funciona a través de branquias, ya que son animales completamente acuáticos. El agua entra por la cavidad paleal, donde el oxígeno se filtra y pasa a la sangre mediante la circulación branquial.
La mayoría de las especies poseen dos branquias, una a cada lado del cuerpo, que garantizan una eficiente oxigenación incluso durante el movimiento. Sin embargo, los nautilos son una excepción dentro del grupo, ya que cuentan con cuatro branquias, dos a cada lado, una característica más primitiva que los diferencia del resto de cefalópodos modernos.
Clasificación de los cefalópodos y ejemplos
En este apartado encontrarás la clasificación de los cefalópodos, uno de los grupos más fascinantes del reino animal. Aquí repasamos sus principales órdenes y algunos ejemplos representativos, desde los antiguos nautilos hasta los modernos pulpos, calamares y sepias.
Cada taxón tiene adaptaciones únicas que les han permitido sobrevivir en mares de todo el mundo, desde las profundidades abisales hasta los arrecifes tropicales.
Pincha en las imágenes para descubrir más sobre cada especie y sus características más curiosas.

Nautiloida
Los nautiloideos son cefalópodos primitivos que se caracterizan por su concha externa en espiral y numerosos tentáculos sin ventosas. Viven principalmente en aguas profundas y se consideran fósiles vivientes, mostrando rasgos muy antiguos dentro del grupo.

Ammonoidea
Los amonoideos son un grupo extinguido de cefalópodos con conchas espirales complejas y compartimentadas. Fueron abundantes durante el Mesozoico y se reconocen por su papel como fósiles guía, esenciales para estudiar la evolución y datación geológica.

Coleoidea
Los coleoideos incluyen pulpos, calamares y sepias. Tienen concha interna o ausente y tentáculos con ventosas. Son los cefalópodos más inteligentes y adaptables, capaces de camuflaje, movimientos rápidos y estrategias de caza.
Taxonomía de los cefalópodos
En este apartado vamos a hablar sobre la taxonomía de los cefalópodos, un grupo fascinante de moluscos que incluye a pulpos, calamares, sepias y nautilos. Exploraremos cómo se clasifican científicamente, sus principales órdenes y las diferencias más notables entre ellos. Una forma sencilla y visual de entender la increíble diversidad evolutiva que esconde este grupo marino.
- Reino: Animalia
- Subreino: Eumetazoa
- Superfilo: Spiralia y Lophotrochozoa
- Filo: Mollusca
- Clase: Cephalopoda
- Filo: Mollusca
- Superfilo: Spiralia y Lophotrochozoa
- Subreino: Eumetazoa
Reproducción de los cefalópodos
La reproducción de los cefalópodos es siempre sexual, con machos y hembras perfectamente diferenciados. Durante el apareamiento, el macho utiliza uno de sus tentáculos modificado, llamado hectocótilo, para transferir los espermatóforos (paquetes de esperma) a la hembra.
En la mayoría de las especies la fecundación es externa, aunque en los pulpos es interna, ya que el macho introduce directamente los espermatóforos en la cavidad paleal de la hembra. Tras la fecundación, la hembra deposita los huevos en rocas, corales o grietas del fondo marino y los cuida hasta su eclosión.
Son animales ovíparos con un desarrollo directo, lo que significa que las crías nacen como versiones en miniatura de los adultos, sin pasar por fase larvaria. En muchas especies, los adultos mueren poco después de la reproducción, completando así un único ciclo vital.
Hábitat de los cefalópodos
Los cefalópodos son animales exclusivamente marinos, presentes en mares y océanos de todo el planeta. Habitan desde aguas tropicales y templadas hasta regiones polares, aunque la mayoría de las especies prefieren las zonas cálidas y de aguas saladas.
Algunas especies viven cerca del fondo marino, mientras que otras, como muchos calamares, pasan la mayor parte del tiempo nadando en mar abierto. Los pulpos suelen refugiarse en grietas o cuevas submarinas, mientras que las sepias se entierran parcialmente en la arena para camuflarse y acechar a sus presas.
Su capacidad para cambiar de color y textura gracias a las células llamadas cromatóforos les permite adaptarse al entorno, pasar desapercibidos ante depredadores o comunicarse entre ellos.
Alimentación de los cefalópodos
Los cefalópodos son animales estrictamente carnívoros, y su dieta varía según la especie y el entorno. Los pulpos suelen cazar de noche, alimentándose de cangrejos, almejas y pequeños peces que atrapan con rapidez y paralizan con su saliva venenosa. Las sepias y calamares, por otro lado, cazan a plena luz del día o en aguas abiertas, capturando presas móviles como peces o crustáceos mediante ataques veloces y precisos.
Estos animales utilizan una combinación de visión avanzada, camuflaje y velocidad para cazar. Su piel cambia de color en milisegundos gracias a las células cromatóforas, permitiéndoles mezclarse con el entorno o sorprender a sus presas. Además, pueden liberar una nube de tinta para confundir al enemigo o escapar si se sienten amenazados.
En el momento de alimentarse, los cefalópodos emplean su pico afilado —similar al de un loro— para romper el caparazón o exoesqueleto de sus presas. Luego, la rádula actúa como una lengua dentada que raspa y tritura el alimento antes de ser ingerido. Todo este proceso demuestra su alto grado de adaptación evolutiva, que los convierte en cazadores inteligentes y eficientes dentro de los mares del planeta.
Origen de los cefalópodos
El origen de los cefalópodos se remonta a hace unos 500 millones de años, durante el Cámbrico medio, cuando surgieron a partir de antiguos moluscos marinos. Estas primeras formas, primitivas pero ingeniosas, desarrollaron la capacidad de llenar sus conchas de gas para controlar la flotabilidad, una innovación clave que les permitió abandonar el fondo del mar y moverse libremente por la columna de agua.
Con el paso del tiempo, estos animales evolucionaron hacia formas más complejas y activas. Durante el Ordovícico, los cefalópodos ya dominaban los mares, convirtiéndose en depredadores ágiles y eficientes. Algunos, como los nautiloides, conservaron la concha externa, mientras que otros comenzaron a reducirla o internalizarla, dando origen a los calamares, sepias y pulpos actuales.
Esta evolución refleja una de las transformaciones más fascinantes del reino animal: la transición de simples moluscos marinos a organismos inteligentes, rápidos y con comportamientos complejos, capaces de adaptarse a prácticamente todos los ecosistemas oceánicos.